¿Te encanta la crema pastelera pero no tienes tiempo de prepararla desde cero? No te preocupes, tenemos la solución perfecta para ti. En este post te mostraremos dónde puedes comprar crema pastelera preparada, la opción más fácil y deliciosa para tus postres. Ya no tendrás que preocuparte por ingredientes y tiempos de cocción, simplemente abre el envase y disfruta de esta deliciosa crema en tus recetas.
¿Qué tipos de cremas pasteleras hay?
Principales tipos de cremas pasteleras
En la repostería, existen diferentes tipos de cremas pasteleras que se utilizan para rellenar y decorar diferentes postres. Algunos de los principales tipos son:
– Crema pastelera: es una de las cremas más utilizadas en la repostería tradicional. Se elabora a base de leche, huevos, azúcar y harina o almidón de maíz. Tiene una consistencia densa y suave, perfecta para rellenar pasteles, tartaletas y buñuelos.
– Crema inglesa: también conocida como crema custard, esta crema es mucho más ligera que la pastelera. Se elabora a base de leche, azúcar y yemas de huevo, pero no lleva harina. Esto le da una textura más suave y sedosa. Se utiliza para acompañar postres como flanes, pudines y natillas.
Además de estas dos cremas clásicas, existen otras variedades que se utilizan en la repostería:
– Crema chantilly: es una crema batida endulzada con azúcar glas. Se utiliza para decorar y rellenar tartas, pasteles y postres fríos.
– Crema mantequilla: también conocida como buttercream, es una crema elaborada a base de mantequilla y azúcar glas. Se puede aromatizar con diferentes sabores, como vainilla, chocolate o frutas, y se utiliza para decorar pasteles y cupcakes.
– Crema de chocolate: es una crema elaborada a base de chocolate fundido, nata y azúcar. Tiene un sabor intenso a chocolate y se utiliza para rellenar tartas, bombones y cupcakes.
– Merengue: aunque técnicamente no es una crema, el merengue es una preparación muy utilizada en la repostería. Se elabora a base de claras de huevo y azúcar, y se utiliza para decorar tartas, pasteles y postres como el lemon pie.
¿Cuántos días puede durar la crema pastelera?
La crema pastelera es una preparación a base de leche, huevos, azúcar y harina de maíz o maicena, que se utiliza como relleno o cobertura en numerosos postres y pasteles. Su duración depende de varios factores, como la higiene en su preparación y conservación, así como las condiciones de almacenamiento.
Una crema pastelera bien cocida puede durar hasta cuatro días en buen estado si se mantiene refrigerada correctamente. Es importante guardarla en un recipiente hermético para evitar la entrada de aire y otros olores que puedan afectar su sabor y textura. Además, es recomendable cubrirla con papel film o una tapa para evitar la formación de una costra en la superficie.
Es fundamental tener en cuenta que, a medida que pasan los días, la crema pastelera puede perder su frescura y adquirir un sabor ligeramente más ácido. Por lo tanto, se recomienda consumirla lo antes posible para disfrutar de su mejor calidad.
Si tienes crema pastelera sobrante y no quieres desperdiciarla, una buena opción es utilizarla como relleno o cobertura en otros postres que vayas a hornear, como tartas de frutas o pasteles. De esta manera, podrás aprovechar al máximo su delicioso sabor y evitar desperdicios.
¿Cuánto tiempo debe estar la crema pastelera en la nevera?
La crema pastelera es un ingrediente muy utilizado en la repostería para rellenar y decorar pasteles, tartas y otros postres. Una vez preparada, es importante refrigerarla correctamente para garantizar su conservación y evitar la proliferación de bacterias.
La crema pastelera debe permanecer en la nevera durante al menos 2 horas antes de su uso, pero se recomienda mantenerla refrigerada durante un máximo de 3 días. Esto se debe a que la crema pastelera contiene ingredientes como la leche y los huevos, que son perecederos y pueden estropearse con el tiempo. Además, al estar refrigerada, la crema pastelera adquiere una textura más firme y se mantiene en mejores condiciones para su uso posterior.
Es importante guardar la crema pastelera en un recipiente hermético o cubierta con papel film para evitar la formación de una costra en la superficie. Antes de utilizarla, es recomendable removerla con una espátula o batidor para que recupere su textura cremosa. Si detectas algún cambio en el olor, color o textura de la crema pastelera, es mejor desecharla y preparar una nueva para garantizar la seguridad alimentaria.
¿Cómo saber si la crema pastelera está cortada?
En el momento en que el huevo cuaje es cuando diremos que la crema «se ha cortado». El huevo cuaja por exceso de temperatura, así que para evitarlo puedes hacer dos cosas. La primera opción es asegurarte de que la temperatura del fuego no sea demasiado alta. La crema pastelera debe cocinarse a fuego medio-bajo para evitar que el huevo se cuaje demasiado rápido.
La segunda opción es agregar un poco de harina o maicena a la crema. Estos ingredientes actúan como estabilizadores y ayudan a prevenir que la crema se corte. Si notas que la crema está a punto de cortarse, puedes añadir una cucharada de harina o maicena y mezclar bien hasta que se incorpore por completo. Esto ayudará a espesar la crema y evitará que se corte.
¿Qué es la crema pastelera y cuáles son sus derivados?
La crema pastelera es una preparación muy utilizada en repostería, especialmente como relleno para diferentes postres como cachitos, milhojas, relámpagos, entre otros. Tradicionalmente, esta crema se perfuma con vainilla, lo que le da un sabor dulce y aromático. Sin embargo, también se pueden encontrar variantes de crema pastelera con otros sabores, como chocolate, café, caramelo, entre otros.
La crema pastelera se elabora a partir de una base de leche, azúcar y yemas de huevo. Estos ingredientes se cocinan a fuego lento hasta obtener una textura cremosa y suave. Además de los sabores tradicionales, también se pueden agregar otros ingredientes para darle un toque diferente, como ralladura de limón o naranja, licor, canela, entre otros.
La versatilidad de la crema pastelera hace que sea una opción ideal para la confección de diferentes tartas y postres. Su textura suave y su sabor dulce la convierten en el complemento perfecto para pasteles y dulces. Además, su fácil preparación y los pocos ingredientes necesarios la hacen una opción accesible para cualquier amante de la repostería.