Flanera con tapa: la solución perfecta para tus postres

Si eres un amante de los postres caseros y estás buscando la forma perfecta de preparar y presentar tus flanes, tenemos la solución ideal para ti: la flanera con tapa.

Esta práctica herramienta de cocina te permitirá obtener flanes perfectos, con una textura suave y un sabor irresistible. La tapa de la flanera evita que se forme una película en la superficie del flan, asegurando así un resultado impecable. Además, gracias a su diseño, podrás desmoldar los flanes de forma sencilla y sin riesgo de que se rompan.

En nuestro post de hoy, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre las flaneras con tapa: sus ventajas, cómo elegir la mejor opción para ti y algunos consejos para conseguir los flanes más deliciosos. ¡No te lo pierdas!

¿Cómo se llama el molde para flan?

La flanera es un accesorio de cocina muy utilizado en los hogares españoles para preparar flanes. Se trata de un molde cilíndrico, generalmente de metal o silicona, con un cierre hermético en la tapa. Su diseño permite que el flan se cueza al baño María, es decir, sumergido en agua caliente en el horno, lo que genera un calor uniforme alrededor del molde y ayuda a que el flan se cuaje de manera uniforme.

La flanera se caracteriza por tener una forma redonda y bordes altos, lo que permite que el flan mantenga su forma al desmoldarlo. Además, su tapa hermética evita que entre agua durante la cocción y ayuda a que el flan tenga una textura suave y cremosa. Algunas flaneras también cuentan con un cierre de clip en la tapa, que asegura un sellado hermético y evita que se derrame el contenido al manipularlo.

¿Qué es flanería?

El término flâneur (/flɑnœʀ/) procede del francés, y significa ‘paseante’​ o ‘callejero’. ​ La palabra flânerie,​ se refiere por tanto, a la actividad propia del flâneur, que era vagar por las calles, callejear sin rumbo, sin objetivo, abierto a todas las vicisitudes y las impresiones que le salen al paso.

La flânerie es una práctica que se originó en el siglo XIX en París, durante el periodo conocido como la Belle Époque. En ese momento, la ciudad estaba en pleno auge industrial y se estaban produciendo grandes transformaciones urbanísticas. Los flâneurs eran personas que se dedicaban a observar y contemplar la vida urbana, a pasear por las calles para captar la esencia de la ciudad y sus habitantes. Eran espectadores activos de la vida cotidiana, y se caracterizaban por su actitud de curiosidad, su capacidad de asombro y su sensibilidad estética.

El flâneur se considera un personaje romántico, un observador solitario que se sumerge en la multitud, pero que a la vez se mantiene distante. Es un testigo silencioso de la vida urbana, un voyeur que encuentra belleza en los detalles más insignificantes. El flâneur no tiene prisa, se deja llevar por el ritmo de la ciudad, y encuentra placer en los pequeños encuentros fortuitos, en las conversaciones ajenas, en los escaparates de las tiendas y en los rincones más escondidos.

La flânerie es una actitud que ha sido adoptada por escritores, artistas y filósofos a lo largo de la historia. Para ellos, pasear por la ciudad era una forma de inspiración, una manera de conectarse con el mundo y de explorar nuevos horizontes. La flânerie se ha convertido en una práctica artística y literaria, en una forma de crear y de interpretar la realidad urbana. Es una invitación a perderse por las calles, a descubrir lo inesperado, a dejarse llevar por la ciudad y por sus múltiples narrativas.

¿Cuánto mide una flanera?

¿Cuánto mide una flanera?

La flanera es un molde utilizado para preparar flanes, un postre muy popular en muchos países. Este molde tiene una forma característica, generalmente redonda y con una capacidad de varios litros. En cuanto a las dimensiones de una flanera típica, suele tener un diámetro de aproximadamente 20.8 cm y una altura de alrededor de 8.1 cm. Estas medidas pueden variar ligeramente dependiendo del fabricante y el modelo específico de la flanera.

La flanera también suele contar con una tapa, que permite cerrar el molde de manera hermética durante el proceso de cocción del flan. Esto es especialmente útil cuando se utiliza la técnica del baño María, que consiste en colocar el molde dentro de otro recipiente más grande con agua caliente. La tapa ayuda a mantener el calor y la humedad en el interior de la flanera, lo que contribuye a obtener un flan más suave y jugoso.

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