La vitrocerámica es uno de los electrodomésticos más utilizados en la cocina moderna. Su superficie lisa y elegante hace que sea fácil de limpiar, pero también susceptible a arañazos y daños causados por el uso diario. Para proteger y prolongar la vida útil de tu vitrocerámica, la silicona para vitrocerámica es una opción ideal. En este artículo, te explicaremos cómo esta silicona especializada puede ofrecer una capa de protección duradera para tu vitrocerámica, así como los diferentes tipos disponibles en el mercado y sus precios.
¿Qué se pone debajo de la vitrocerámica?
La vitrocerámica es un electrodoméstico que se utiliza en la cocina para cocinar alimentos. Es importante colocar algo debajo de la vitrocerámica para proteger la superficie sobre la que se encuentra y para facilitar la ventilación. Uno de los elementos más comunes que se colocan debajo de la vitrocerámica es una rejilla de ventilación.
La rejilla de ventilación es un accesorio que se instala debajo de la vitrocerámica y tiene como objetivo permitir la circulación del aire. Esto es especialmente importante si debajo de la vitrocerámica no se va a colocar un horno, ya que el espacio entre la vitrocerámica y el mueble puede quedar cerrado y dificultar la ventilación. La rejilla de ventilación permite que el aire circule adecuadamente, evitando que se acumule calor y preservando la vida útil del electrodoméstico.
¿Cómo pulir el cristal de la vitrocerámica?
Para pulir el cristal de la vitrocerámica, existe un truco casero muy eficaz. Mezcla 2 cucharadas de bicarbonato de sodio con un chorrito de agua y un poco de vinagre para crear una pasta. Extiende la crema sobre la vitrocerámica o en las manchas que desees eliminar, utilizando un paño suave y limpio.
Deja actuar la mezcla durante 5 a 10 minutos, permitiendo que los ingredientes penetren en las manchas y las eliminen. Después de este tiempo, retira la mezcla con una esponja húmeda, asegurándote de eliminar cualquier residuo. Finalmente, pulir la vitrocerámica con un paño seco para obtener un brillo impecable.
Este método es muy efectivo para eliminar manchas difíciles de grasa, quemaduras o residuos de alimentos que se adhieren a la superficie de la vitrocerámica. Además, el bicarbonato de sodio y el vinagre no son abrasivos, por lo que no dañarán el cristal de la vitrocerámica durante el proceso de pulido.
¿Qué poner debajo de la placa de inducción?
Para proteger la placa de inducción y facilitar la limpieza, es recomendable colocar una servilleta de papel entre la sartén y la placa antes de comenzar a cocinar. La servilleta actuará como una barrera que atrapará las salpicaduras y los restos de comida que puedan caer durante el cocinado.
Al utilizar una servilleta de papel, se evita que estos restos de comida entren en contacto directo con la placa, lo que facilita su limpieza posterior. Además, al tener una superficie absorbente, la servilleta también ayudará a absorber cualquier líquido que pueda derramarse, evitando así posibles manchas en la placa.
¿Cómo cuidar la vitrocerámica?
Para cuidar correctamente la vitrocerámica y mantenerla en buen estado, es importante seguir algunos consejos prácticos. En primer lugar, es fundamental limpiar regularmente la superficie de la vitrocerámica para eliminar la suciedad y los restos de alimentos. Para ello, se puede utilizar una mezcla de vinagre y agua, que es un limpiador natural y efectivo. Simplemente hay que empapar una bayeta en esta mezcla y extenderla suavemente por toda la superficie de la vitrocerámica. Luego, se aclara con agua y se deja secar.
Otro consejo importante es evitar el uso de utensilios de cocina que puedan rayar la superficie de la vitrocerámica. Es recomendable utilizar sartenes y ollas con fondo liso y evitar arrastrar los utensilios por la placa. Además, es necesario tener cuidado al colocar recipientes calientes sobre la vitrocerámica, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden dañarla.
En cuanto a la limpieza diaria, se puede utilizar una esponja suave o un paño húmedo para eliminar los restos de comida. Es importante evitar el uso de productos abrasivos o utensilios metálicos que puedan rayar la superficie. También es recomendable secar la vitrocerámica después de cada uso para evitar la acumulación de humedad.